sábado, 13 de agosto de 2016

Conversación entre un viejo y un joven...

- Viejo: ¿Qué es a lo que tanto miedo le tienes?
- Joven: A aquella mirada que me acecha desde la oscuridad.... esa es la que me asusta.
- Viejo: ¿Te refieres al gato negro que hay debajo de la cama?
- Joven: No, a algo terrorífico y muy oscuro que me acecha a todas horas...
- Viejo: Creo que no entiendo lo que me quieres decir...
- Joven: El amor, eso es lo que me asusta!
- Viejo: Pero...¿¡de que diablos hablas!? ¡El amor es lo más bello que existe!
- Joven: Si, puede ser lo más bello, pero, ¿y si no es correspondido?¿y si lo es pero al cabo del --tiempo se marchita y lo pierdes?¿y si lo pierdes de la forma más horrenda posible?
- Viejo: Hey, hey, calma, por lo que veo te da miedo enamorarte y salir herido, eh.(dice casi riéndose)
- Joven: No lo digas como si fuera divertido...
- Viejo: Jajajaja ¿cómo quieres que no me divierta si tengo delante a un joven que no quiere tener algo que podría perder en un futuro?
- Joven: ¿Qué tiene de gracioso tener miedo, eh viejales?
- Viejo: Los humitos muchacho... Lo gracioso es que no vayas a tener algo tan bonito aunque corto solo por si lo pierdes, es como no empezar una carrera por si quedas el último, ¿Entonces, donde queda la experiencia y el sentimiento de darlo todo para ganar? dicho en el tema amoroso ¿Donde quedan los momentos bonitos que pases con esa persona, aunque luego duelan?
- Joven: Pero... yo no quiero sufrir...
- Viejo: Como se suele decir, "si algo quieres, algo te cuesta", aunque haya una posibilidad de sufrir al final, con lo que te tienes que quedar es con la satisfacción de que diste todo por esa persona y lo disfrutaste con ella hasta el final.

lunes, 1 de agosto de 2016

Corto sin final

Estaba sentado como de costumbre sobre mi cama, cuando a lo lejos escuché aquella melodía que siempre me hacía sonreir con lágrimas en los ojos; la cual sonaba tan suave que se parecía más a una nana que a una balada. Me levanté de la cama dispuesto a surcar el mar que me separaba de mi destino: el Gran Faro, el cual solo se usaba de prisión temporal para presos sentenciados a muerte...
Esta melancolía que me recorría todos los días venía de mi primer día en la prisión, en la que conocí al que siempre será mi mayor tesoro, Carol.
La Prostituta Sacialunas la llamaban; ya que era la mejor en su profesión y nadie que hubiera demandado sus servicios se había quejado de nada en absoluto.
"Es tan hermosa aun siendo solamente una prostituta..." pensé la primera vez que la vi, aunque eso solo fue el principio...