Me levanto con la mirada perdida en la oscuridad profunda de mi corazón, pensando una y otra vez, "¿Qué hago aquí? ¿Por qué estoy solo? ¿Alguien vendrá a por mi algún día?". Al parecer, ese día se va acercando poco a poco, ya que ultimamente estoy llegando a ver resquicios de un tenue rayo de luz, que aun sin verlo todavía, siento que está ahí, esperando a que yo lo encuentre...
"¿Es posible que esa luz sea la que puede llevarme al mundo al que verdaderamente pertenezco, o es solo otra de mis imaginaciones metiéndome de nuevo en una oscuridad más profunda que la anterior?". Ese miedo nunca desaparece y es el que al final me acuna otra vez en las tinieblas... "¡Quiero hacerlo!", "¡Quiero salir de aquí!", "¡No quiero seguir siendo así!". Eso es lo que grita mi corazón, pero mi mente lo traiciona cada vez que necesita ayuda, "¡¡Acepta tu destino, ese destino que te confina a la total oscuridad hasta el día de tu muerte!!" es lo que me grita el cerebro cada vez que intento guiarme por mi corazón...
Cada parte de mi ser se estremece con el contacto de tu piel, lisa y dulce, me hace descontrolar mis sentidos y fijarlos todos en tu persona, no puedo más que pensar en ti si nuestras pieles están en contacto, aunque, si estás lejos de todas formas, añoro el tacto en el que me pierdo cada vez que estoy entre tus brazos, finos pero firmes, con los que me agarras con todo tu cariño y me dejas en un gran éxtasis, del que me cuesta recuperarme. Una sonrisa es lo único que necesito en tu rostro para estar feliz y alegre, sin preocupaciones momentáneas ni nada por el estilo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario